En esta publicación, y tras varios artículos con contenido más bien teórico en el que he ido introduciendo distintos conceptos, voy a tratar de plasmar una estrategia, ya con nombres y apellidos, y a desmenuzarla en detalle. Insisto, nuevamente, en que toda la información sobre activos o estrategias que publico son meras ilustraciones de cartera para quien quiera profundizar o sirva para tomar ideas. No deben considerarse como recomendaciones personalizadas de inversión ni carteras modelo a replicar.
Hecha esta breve introducción, vamos con el menú degustación.
En un entorno de incertidumbre económica, tensiones comerciales y riesgos geopolíticos, construir una cartera de inversión que combine estabilidad con oportunidades de crecimiento es esencial para un inversor con un perfil moderado/tolerante, dispuesto a destinar una buena parte de su cartera a activos de riesgo. En este sentido, la estrategia core-satélite ofrece un enfoque equilibrado, en el que se pueden integrar diferentes tipologías de activos -ETF’s, fondos de inversión y planes de pensiones- para lograr diversificación, rentabilidad y resiliencia.
Este artículo detalla la construcción de una cartera optimizada, analizando rentabilidad esperada, volatilidad, error de seguimiento, drawdown, riesgo y correlaciones, ajustada al contexto actual, caracterizado por aranceles, inflación pegajosa, tipos de interés elevados y conflictos globales.
Se desglosa la cartera en núcleo y satélites, distinguiendo entre componentes estructurales y tácticos, identificando las zonas geográficas de exposición y justificando la inclusión de cada activo.
Antes de comenzar, si quieres saber más acerca de la estrategia core-satélite pásate por este artículo que preparé y que puede ofrecer una orientación más amplia:
Construye tu cartera por los cimientos
En un mundo donde el dinero parece evaporarse entre facturas, imprevistos y tentaciones diarias, ahorrar e invertir se han convertido en habilidades esenciales para no quedar rezagados en el juego de la vida.
Ahora sí, centrándonos en esta publicación, el entorno económico de mercado está marcado por varios desafíos. Las tensiones comerciales, impulsadas por políticas arancelarias, especialmente desde Estados Unidos, han generado alta volatilidad, afectando más a los mercados estadounidenses que a los europeos, que muestran mayor resiliencia. Los conflictos geopolíticos, como los relacionados con Ucrania o la inestabilidad en Asia, parecen reforzar la necesidad de activos defensivos.
La inflación persistente y los tipos de interés en niveles más elevados que en la última década presionan tanto la renta fija como la variable, haciendo crucial la diversificación geográfica y sectorial. La desaceleración del crecimiento global también sugiere un enfoque prudente, pero con exposición a oportunidades de largo plazo en regiones y sectores de alto potencial.
La estrategia core-satélite divide la cartera en un núcleo, que proporciona estabilidad y exposición diversificada a los mercados globales, y un componente satélite, que busca capturar oportunidades de crecimiento en regiones, sectores o temáticas específicas. El núcleo, que representa el 55% de esta cartera, incluye activos de baja a moderada volatilidad, mientras que los satélites, con el 45% restante, se dividen en componentes estructurales, que ofrecen exposición estratégica a largo plazo, y tácticos, que buscan aprovechar tendencias (a corto y largo plazo). La cartera combina ETF’s, fondos de inversión y un plan de pensiones, cada uno con características distintas que se detallan a continuación.
Tipología de activos
En la simulación de cartera, he tratado de dar cabida a activos de distinta naturaleza, para mostrar cómo pueden coexistir dentro de una cartera, aprovechando las ventajas que cada uno de ellos ofrece. A grandes rasgos:
ETF’s: Los ETF’s son fondos cotizados que pueden replicar índices específicos o gestionarse activamente, ofreciendo diversificación, bajos costes y alta liquidez. Su estructura y objetivo de replicar grandes índices los hace ideales para el núcleo de la cartera, ya que proporcionan exposición amplia a mercados globales con un error de seguimiento mínimo, pero también son útiles en los satélites para capturar tendencias sectoriales específicas o cubrir determinados nichos de mercado. En esta cartera, los ETF’s aportan diversificación global y exposición a sectores innovadores, con una gestión pasiva que reduce costes.
Fondos de inversión: Estos vehículos se benefician del tratamiento fiscal para personas físicas en España, que difieren su tributación hasta el momento del reembolso, permitiendo traspasos entre activos sin peaje fiscal. Cuando se trata de fondos de gestión activa, posibilitan a los gestores seleccionar activos específicos con el objetivo de generar alfa. Son más flexibles que los ETF’s, pero tienen costes más elevados y un error de seguimiento mayor debido a su enfoque activo. No obstante, también existen fondos de inversión enfocados en gestión indexada que buscan replicar el comportamiento de determinados mercados a un bajo coste y con un tracking error reducido. En la cartera, los fondos de inversión se utilizan tanto en el núcleo, para renta fija y renta variable defensiva, como en los satélites, para aprovechar oportunidades en regiones o sectores específicos.
Planes de pensiones: Diseñados para el ahorro a largo plazo, los planes de pensiones pueden tener distintos enfoques, más o menos conservador, con ventajas fiscales en muchos países como es el caso de España. Su tributación, a diferencia de los fondos, se genera como rendimiento de trabajo en el momento del rescate (que podrá hacerse en forma de renta o de capital), en lugar de hacerlo como rendimiento de capital mobiliario. Esto tiene una relevancia no menor, y que hace que resulte vital planificar mediante un riguroso estudio del impacto fiscal que tendrá en su momento. Es previsible que en ese momento el tipo de gravamen sea inferior al existente en edad laboral, por lo que beneficiarse del incentivo fiscal y poner a trabajar ese ahorro es una estrategia que puede cobrar sentido. En esta cartera, el plan de pensiones se incluye como un componente estructural en los satélites, aportando exposición a mercados europeos con un horizonte de inversión a largo plazo, adecuado para un perfil moderado.
Estructura de la cartera
La cartera propuesta asigna un 55% al núcleo y un 45% a los satélites, ajustando los pesos propuestos para optimizar el equilibrio riesgo-rentabilidad.
A continuación, se desglosa cada componente, destacando el tipo de activo, su peso, la zona geográfica o mercado al que se expone y la justificación de su inclusión.
Núcleo (55% de la cartera)
El núcleo busca estabilidad y diversificación global, combinando ETF’s y fondos de inversión para minimizar la volatilidad y proporcionar una base sólida en un entorno de incertidumbre.
El iShares MSCI ACWI ETF, (ETF, 20%), busca replicar los resultados de inversión de un índice compuesto por valores de renta variable de mercados desarrollados y emergentes de alta y mediana capitalización, abarcando más de 2.250 empresas. Su rentabilidad esperada ronda el 5-7%, con una volatilidad moderada del 15-18% y un error de seguimiento muy bajo (<0,2%), gracias a su gestión pasiva. Los drawdowns podrían alcanzar el 20-25% en escenarios bajistas, pero su diversificación global mitiga este riesgo. Su correlación es alta con mercados desarrollados (0,8-0,9 con el S&P 500) y moderada con renta fija y mercados emergentes (0,4-0,6).
Este ETF se incluye por su capacidad para ofrecer exposición global, reduciendo el riesgo de concentración en un solo mercado, sin riesgo gestor, minimizando el impacto de los costes, y proporcionando una base estable para la cartera.
El BNY Mellon Global Equity Income Fund, (FI, 15%), invierte en renta variable global, centrándose en empresas con dividendos sostenibles en sectores defensivos como consumo básico y salud, con exposición a mercados desarrollados, principalmente EEUU y Europa. Ofrece una rentabilidad esperada del 6-8% anual, incluyendo un rendimiento por dividendo del 2-3%, con una volatilidad del 10-15% y un error de seguimiento de 4-5% debido a su gestión activa. Los drawdowns podrían llegar al 15-20%, mitigados por su enfoque en empresas de alta calidad, y su disciplina en cuanto a entradas y salidas en cartera. Su correlación es moderada con el MSCI ACWI (0,7-0,8) y baja con la renta fija (0,2-0,4).
Se incluye por su capacidad para generar ingresos estables, aprovechar la capitalización del dividendo y complementar la diversificación global del ETF, a la vez que contribuye con sus características defensivas.
El DNCA Invest Alpha Bonds, (FI, 10%), invierte en bonos corporativos y gubernamentales, con exposición principalmente a Europa y EEUU, y cobertura de divisas para reducir el riesgo cambiario. Su estrategia con vocación de retorno absoluto se basa en una gestión muy flexible, especialmente en cuanto a la sensibilidad a duración (-3; +7). Su objetivo de rentabilidad es superar a la del STR +1.4%, con una volatilidad anual inferior al 5%. Los drawdowns se limitarían al 5-8% en escenarios adversos, y su correlación con la renta variable es baja (0,1-0,3).
Este fondo se incluye por su estabilidad en un entorno de tipos altos, aportando un componente defensivo al núcleo y de descorrelación con otro tipo de activos, tanto de renta variable como dentro del espectro de renta fija.
El Muzinich Enhancedyield Short-Term, (FI, 10%), invierte en bonos corporativos de grado de inversión de corta duración, con exposición a Europa y EEUU, y cobertura de divisas. Ofrece una rentabilidad del 2-4% anual, con una volatilidad muy baja del 2-4% y un error de seguimiento de 3-5%. Los drawdowns esperados son del 3-5%, y su correlación con la renta variable es mínima (0,1-0,2).
Se incluye por su capacidad para proporcionar estabilidad y rendimientos consistentes, así como su período de recuperación, reforzando el carácter defensivo del núcleo de cartera.
Satélites (45% de la cartera)
Los satélites se dividen en componentes estructurales, que buscan crecimiento a largo plazo en regiones o sectores con potencial, y tácticos, que aprovechan tendencias a distintos plazos. Combinan fondos de inversión, un plan de pensiones y un ETF, con exposición a mercados específicos.
Satélites estructurales (35%)
El Amundi Funds New Silk Road, (FI, 10%), que invierte en mercados emergentes asiáticos, especialmente en la región que abarca La Nueva Ruta de la Seda (China, India, ASEAN). Se espera una rentabilidad del 8-12% anual, con una volatilidad alta del 15-20% y un error de seguimiento de 4-5%. Los drawdowns podrían alcanzar el 25-30% debido a los riesgos geopolíticos y comerciales. Su correlación es moderada con el MSCI ACWI (0,6-0,7) y baja con la renta fija (0,2-0,3). Este fondo se incluye por el potencial de crecimiento de Asia y la proyección de este ambicioso proyecto que, pese a los riesgos, ofrece oportunidades en economías dinámicas.
El Magallanes Acciones Europeas PP, (PP, 10%), invierte en renta variable europea con un enfoque value, centrándose en empresas de alta calidad, principalmente en Europa Occidental, y típicamente cíclicas. Ofrece una rentabilidad esperada del 7-10% anual, con una volatilidad del 15-18% y un error de seguimiento de 8-10%. Los drawdowns podrían llegar al 20-25%, mitigados por su enfoque en empresas sólidas y el margen de seguridad otorgado por el precio. Su correlación es alta con el MSCI Europe (0,8-0,9) y moderada con el MSCI ACWI (0,6-0,7).
Se incluye por la resiliencia y diversficicación que ofrecen los mercados europeos y su atractivo para un horizonte de inversión a largo plazo, en donde el factor value con una estrategia con buena ejecución puede desplegar todo su potencial.
El Polen Capital Focus US Growth, (FI, 10%), invierte en empresas de crecimiento estadounidenses, como tecnológicas y de consumo, de alta calidad y con un alto grado de concentración. Se espera una rentabilidad del 8-12% anual, con una volatilidad alta del 18-20% y un error de seguimiento de 5-7%. Los drawdowns podrían alcanzar el 25-30% en correcciones de mercado. Su correlación es alta con el S&P 500 (0,8-0,9) y moderada con el MSCI ACWI (0,7-0,8).
Se incluye por el potencial de crecimiento de las empresas estadounidenses y su nivel de concentración que refuerza la presencia de determinadas compañías de alta calidad y crecimiento, aunque con cautela debido a las valoraciones elevadas.
El Groupama Ultra Short Term, (FI, 5%), que invierte en renta fija a corto plazo en la zona euro, priorizando liquidez y estabilidad. Se espera una rentabilidad anual de entre el 1-2%, con una volatilidad baja, típicamente entre el 0,5-1%, y un error de seguimiento inferior al 0,6%. Los drawdowns son mínimos, generalmente por debajo del 2%, y su correlación con la renta variable es muy baja (<0,1).
Este fondo se utiliza como un componente estructural conservador para proporcionar liquidez y reducir la volatilidad de la cartera, con un escalón superior en cuanto a riesgo respecto a un fondo monetario, dado el riesgo de reinversión por el ciclo de bajadas de tipos de interés.
Satélites tácticos (10%)
El Barings Hong Kong China, (FI, 5%), invierte en acciones de las regiones de Hong Kong y China, centrándose en sectores de crecimiento como tecnología y consumo. Se espera una rentabilidad del 10-15% anual, pero con una volatilidad muy alta del 25-30% y un error de seguimiento de 4-7%. Los drawdowns podrían llegar al 30-50% debido a los riesgos regulatorios y geopolíticos. Su correlación es moderada con respecto al MSCI ACWI (0,5-0,6) y baja con la renta fija (0,1-0,2).
Se incluye como un componente táctico para capturar el potencial de recuperación de China, limitado por su alto riesgo.
El VanEck Space Innovators ETF, (ETF, 5%), invierte en empresas del sector espacial, como tecnología satelital y exploración, con exposición principalmente a EEUU. Se espera una rentabilidad del 12-18% anual, con una volatilidad muy alta del 25-30% y un error de seguimiento bajo de 0,5-1,5%. Los drawdowns podrían alcanzar el 30-50% en escenarios bajistas. Su correlación es moderada con el S&P 500 (0,6-0,7) y baja con la renta fija y mercados emergentes (0,2-0,3).
Se incluye como un componente táctico para aprovechar la innovación en un sector de alto crecimiento, con buen momentum, y con un peso limitado para controlar el riesgo.
Análisis de la cartera
Como he comentado, la cartera combina ETF’s, fondos de inversión y un plan de pensiones para lograr un equilibrio entre riesgo y rentabilidad, con métricas agregadas que reflejan su diseño para un perfil de inversor con tolerancia al riesgo moderada/alta. Es una selección y distribución de tantas otras posibles. En esta primera estrategia no he incluido otros activos como oro, inmobiliario o bitcoin, pero en función de los objetivos y perfil de cada inversor podrían tener cabida.
La rentabilidad esperada ponderada se sitúa entre el 5% y el 9% anual, calculada a partir de las rentabilidades individuales de los activos: los fondos de renta fija y cuasi-monetarios aportan un 1-5% con bajo riesgo, el núcleo de renta variable contribuye con un 5-8%, y los satélites, especialmente los tácticos, ofrecen un 10-18% pero con mayor volatilidad. Este rango refleja las condiciones actuales de mercado, donde la desaceleración económica y la volatilidad podrían limitar los retornos en comparación con promedios históricos de largo plazo (7-9% para renta variable global). La diversificación geográfica (EEUU, Europa, Asia) y sectorial (tecnología, consumo, espacio) permite capturar crecimiento en escenarios alcistas mientras mitiga pérdidas en entornos bajistas.
La volatilidad agregada de la cartera se estima en un 8-12% anual, un nivel adecuado para un perfil moderado/tolerante. Esta cifra se deriva de la combinación de activos de baja volatilidad (renta fija y monetarios, 0,5-5%), moderada (renta variable global y europea, 10-18%) y alta (mercados emergentes y temáticos, 18-30%). El núcleo, con un 55%, mantiene la volatilidad razonablemente controlada, mientras que los satélites, especialmente los tácticos, la incrementan ligeramente. Esta volatilidad es inferior a la de una cartera 100% de renta variable (~15-20%), gracias a la presencia de renta fija y cuasi-monetario, que actúan como estabilizadores en un entorno de incertidumbre.
El error de seguimiento agregado de la cartera, que mide la desviación del rendimiento respecto a un índice de referencia (en el X-Ray, categoría de mixtos agresivos en euros), se sitúa en un 2-3%. El núcleo, dominado por el iShares MSCI ACWI ETF con un error de seguimiento inferior al 0,2% respecto a su benchmark, asegura una alta fidelidad al mercado global. Sin embargo, los fondos de gestión activa introducen un error de seguimiento mayor, especialmente en los satélites tácticos, donde la selección activa de activos y la selección de temáticas concretas busca generar alfa. Este nivel moderado de error de seguimiento refleja el equilibrio entre la estabilidad del núcleo y la flexibilidad de los satélites.
El drawdown máximo esperado, que representa la pérdida potencial en un escenario adverso, se estima en un 15-20%. Este cálculo considera los drawdowns individuales: los activos defensivos limitan las pérdidas al 2-8%, el núcleo de renta variable podría caer un 15-25%, y los satélites tácticos podrían sufrir drawdowns del 30-50%. La diversificación reduce el impacto global, ya que no todos los activos caerían simultáneamente en la misma magnitud. En el contexto actual, con riesgos de correcciones por tensiones comerciales o geopolíticas, los activos defensivos y la exposición global del núcleo mitigan el riesgo de pérdidas severas.
Esta cartera, en su peor racha a 5 años habría obtenido una rentabilidad del 5,24%, lo cual es un dato bastante interesante. A un año, su peor racha se situaría en una caída del -8,64%, algo perfectamente asumible para el perfil inversor objetivo.
Recordemos la importancia de mitigar el riesgo a la baja, y la importancia de mantenerse con vida, como exponía en esta publicación:
El juego del calamar
En la exitosa serie surcoreana “El juego del calamar”, los participantes se enfrentan a una premisa brutalmente simple: ganar es sobrevivir, perder es morir. Cada desafío pone a prueba su capacidad para gestionar el riesgo, mantener la calma bajo presión y, sobre todo, evitar errores fatales. Aunque el escenario es ficticio y extremo, guarda un paraleli…
Las correlaciones entre los activos son un pilar clave de la diversificación. Los componentes de renta fija y cuasi-monetario tienen correlaciones muy bajas con la renta variable (<0,1-0,3), lo que los podría convertir en un refugio en períodos de caídas bursátiles. Dentro de la renta variable, el iShares MSCI ACWI y el BNY Mellon muestran una correlación moderada-alta entre sí (0,7-0,9), pero menor con los satélites regionales como Amundi (Asia, 0,6-0,7), Magallanes (Europa, 0,6-0,7) y Polen (EEUU, 0,7-0,8). Los satélites tácticos (Barings, VanEck) tienen correlaciones aún más bajas con el núcleo (0,5-0,7), debido a su enfoque en mercados emergentes y sectores temáticos. Entre los satélites, las correlaciones son moderadas (0,4-0,6), ya que abarcan regiones y sectores distintos. Esta estructura de correlaciones bajas a moderadas asegura que la cartera no esté excesivamente expuesta a un solo factor de riesgo, como una caída en los mercados estadounidenses o un shock en Asia.
El riesgo global de la cartera incluye varios componentes. El riesgo de mercado, derivado de la exposición a renta variable implica sensibilidad a caídas bursátiles, especialmente en EEUU y mercados emergentes. El riesgo geopolítico afecta principalmente a los satélites expuestos a Asia (Amundi, Barings), que podrían sufrir por tensiones comerciales o regulatorias en China. El riesgo de tipos de interés es limitado, ya que los fondos de renta fija tienen corta duración, reduciendo la sensibilidad a subidas de tipos. La diversificación geográfica (EEUU, Europa, Asia) y sectorial (tecnología, consumo, espacio, renta fija) reduce el riesgo sistémico, mientras que el núcleo defensivo y el componente monetario proporcionan un colchón frente a la volatilidad.
La cartera está diseñada para adaptarse a diversos entornos de mercado. En un escenario de crecimiento, los satélites, especialmente Amundi, Polen y VanEck, capturarían el potencial de mercados emergentes y sectores innovadores. En una corrección, el núcleo (iShares y, especialmente, BNY Mellon) y los activos defensivos (DNCA, Muzinich, Groupama) amortiguarían las pérdidas. En entornos de alta volatilidad, la baja correlación entre renta fija y variable, junto con la diversificación global, reduce el impacto. Los fondos de renta fija y cuasi-monetario ofrecen protección frente a subidas de tipos o inflación. Aquí la composición completa:
Si quieres profundizar en la herramienta del X-Ray, te dejo a continuación un artículo en el que ofrecía una guía sencilla para saber interpretarlo:
Descifrando el X-Ray de Morningstar
El análisis de una cartera de inversión puede ser tan revelador como una radiografía médica: te permite ver más allá de la superficie y entender qué hay realmente dentro. En este sentido, la herramienta X-Ray de Morningstar se ha convertido en un recurso de gran valor para inversores que buscan una visión integral de sus inversiones.
Recomendaciones prácticas
Es recomendable rebalancear la cartera periódicamente para mantener los pesos asignados, preservar el componente cuasi-monetario para liquidez y ajustar los satélites tácticos si los riesgos geopolíticos o sectoriales se intensifican. Con un horizonte de 5-7 años, esta cartera combina la estabilidad del núcleo con el dinamismo de los satélites, como una receta de cocina de fusión que equilibra sabores diversos para un resultado robusto en un mercado impredecible.
DISCLAIMER.- El presente artículo tiene un propósito exclusivamente informativo y refleja opiniones o análisis personales basados en datos públicos disponibles hasta la fecha de publicación. No constituye, bajo ninguna circunstancia, una recomendación de inversión, asesoramiento financiero, legal, fiscal ni de cualquier otra naturaleza. Los lectores deben realizar su propia investigación y consultar con asesores profesionales cualificados antes de tomar cualquier decisión de inversión.
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De 10 Diego. Poco trabajo real así se ve en las redes. Tanto personal como profesionalmente, trabajamos de una manera muy similar (estrategia core-satellit) y con combinación de beta global con bajos costes y buscando alpha con sentido común en otros sitios (rf, sectoriales y ciertos sesgos geográficos).
Quizás no será la cartera más brillante año a año, pero sí a largo plazo. Construida con mucho sentido común y con una ratio rentabilidad-riesgo muy buena.
Abrazo fuerte y... muchos éxitos. Esto sí que se lo merece. Y no cuentas con centenares de miles de seguidores predicando sólo con DCA a indexados (que está bien sí, pero le falta profundidad y análisis).
Enhorabuena por todo el curro que haces para el resto de la gente. Me parece una cartera muy buena, de hecho yo tengo una parecida, aunque con algunas diferencias. 25% Fidelity MSCI World, 15% Guinness Global Equity Income y 15% B&H Renta Fija como Core (no incluyo otra renta fija más tranquila puesto que ya tengo fondo de seguridad y tranquilidad). En la parte Satélite, 10% Fast Global Fund con estrategia contrarian, que aumenta Europa.10% Federated Hermes Asia ExJapan Equity más 5% BlackRock Systematic Asia Equity Absolute Return para la parte de Asia incluyendo un poco de Market Neutra, 10% Numantia y 5% de Bitcoin y otro 5% de Oro. Difiere algunas cosas pero creo que la estrategia final es parecida. Animo y ahí la dejo por si alguien quiere "copiarla".